Inocencia Confinada

Inocencia Confinada, es un proyecto fotográfico que se divide en dos etapas partiendo de un antes y un después al mudarnos de casa. Esta primera etapa registra parte de la vida de mis hijos Diego y Sofía durante el confinamiento en Ciudad de México, la forma de vivir, adaptarse y esa necesidad de recrear un mundo exterior por medio del juego al que ahora no se tiene acceso.

Enfrentarnos a lo desconocido nos pone en una situación vulnerable ante la incertidumbre de que pasará después, nos cuestionamos una y otra vez ¿Cuándo volverá a la normalidad todo?, ¿Cuándo terminará? o ¿Cuándo habrá una cura?.

Para mis hijos los cuestionamientos a los que se enfrentaban a diario eran ¿Cuándo regresaré a la escuela?, ¿Hoy si podemos salir al parque?, ¿Por qué no puedo visitar a los abuelos?, ¿Por qué no puedo abrazar a mi amigo?, ¿Esto, también está enfermo?, preguntas que podía explicarles el por qué y darles una respuesta. Pero hubo una a la que hasta hoy no he podido responder, al escucharlos preguntar: ¿A nosotros también nos dará coronavirus?.

Me ha tocado ser testigo, como a muchos otros padres de la inocencia con la que ellos afrontan esta pandemia y también de lo divertido que es su mundo, lleno de colores y fantasías, preguntas a las que en ocasiones no se tiene respuesta, pero ellos deciden darle una, en el que a pesar del confinamiento que viven siempre tienen esperanza de un mejor mañana.

A nosotros cuatro, su padre, ellos y yo, la pandemia nos llevo a un camino que no imaginamos llegaría a pasar, tuvimos que tomar decisiones y hacer cambios para poder seguir, entre todos el más relevante fue el cambio de residencia y con ello un capítulo más que escribir y descubrir.

Las fotografías seleccionadas para este proyecto han sido tomadas desde el mes de marzo a agosto 2020, las situaciones retratadas en las imágenes muestran un proceso de adaptación ante el confinamiento, juegos imaginarios, nueva modalidad escolar, desesperación, dolor, despedidas y esperanza.

El propósito de este proyecto es mostrar cómo afrontan el confinamiento los niños, sin duda algunos podrán estar mejor que otros, pero si algo compartimos todos, es la esperanza de volver pronto a la normalidad. Considero hoy más que nunca que es a ellos a quién debemos de voltear a ver y cuestionarnos que les espera en lo académico, cultural, social y emocional.